Arte latinoamericano o arte en América Latina


La historia del arte en América Latina está marcada por quinientos años de colonialismo. Durante la época llamada colonial, pocas son las páginas que fueron escritas sin copiar plumas ajenas y raro es el retablo en el que no se haya seguido el trazo de un pincel europeo.Sólo a fines del siglo pasado la situación comienza a cambiar. No nos vamos a detener en los años anteriores a 1940 y seguramente han podido analizar todo este transcurrir en otras materias.

El arte latinoamericano  presenta una serie de características muy particulares que no se dan en otra parte del mundo: Primero podemos nombrar  al prejucio de pensar que el arte latinoamericano es una imitación del arte americano o europeo y esto se debe a los 500 años de colonialismo que al comienzo hablamos.  Por otro lado, el arte en esta parte del continente es un arte híbrido, producto de una fusión de tradiciones y culturas. Tras la llegada de los españoles hubo una oleada de  mercaderes judíos con mucha  más libertad. También comenzaron a llegar esclavos negros; mucho después llegaron personas de China y Filipinas, que en ese momento eran colonias españolas. Ya en el siglo XX llega un contingente de japones a Brasil y obviamente todo nuestras familias originarias desde Italia, España, y en menos cantidad de otros países relacionados con el huir de la guerra.   Podemos decir que la cultura latinoamericana no es sólo lo antiguo, lo ansestral, los pueblos originarios sino también todo lo que toda esta gente fue aportando desde sus propios orígenes. 

Otras de las las características importantes es la relación que va a tener el artista con el entorno social y político.  Si bien hay artistas y países que no se involucran en profundidad  con las problemáticas sociales, otros, (ej:  México), tomaron las ideas marxistas como estandarte de su hacer y ante la falta de un gobierno con un modelo político claro le dan a los artistas el poder o la fuerza para comunicar y luchar por sus ideales. Es el caso de Diego Rivera quien se convirtió en representante de su país en otros países, dejando de ser simplemente artistas para convertirse en un símbolo de su nación.

El indigenismo, como valorización de las raíces propias de cada país,  es una marca fuerte en países como México, Perú y desde no hace mucho tiempo, a partir de una revalorización de nuestras propias raíces en Argentina. Este indigenismo no sólo se desarrollo en el arte sino que se gestó como movimiento social y político. 

En México la corriente expresionista se da a partir del muralismo de la mano de Siquerios y Orozco.Aquí encontramos también un fuerte realismo que se desarrolla con mucha fuerza en estos años de entre guerras. Este realismo en Brasil lo podemos ver en Emiliano Di Cavalganti  y Portinari.
Un grupo de artistas conocidos como Novecento vuelve a rearmar el clasisismo. Trata de defender las ideas de antes de  las vanguardias. Este movimiento esta vinculado con el fascismo.
En 1930 la Argentina afronta un gobierno militar hasta el 43 y se asocia esta dictadura con el fascismo europeo. En Brasil en el mismo año un golpe militar pone a Vargas al poder replicando a Musollini sobre todo el lo relacionado con imagen, parafernaria y simbología. Esto hace que Novecento tenga mucha importancia  y acogida en muchos países.


Si por una parte el indigenismo de los mexicanos y el africanismo de Lam son búsquedas de la identidad y de sus raíces étnicas e históricas; por otra, son una denuncia de la opresión, del colonialismo, el imperialismo y las injusticias sociales. Ambas tendencias representan la rebelión de «los de abajo» Ambas desembocaron naturalmente en la protesta y en el arte comprometido. La tendencia se intensifica en los años sesenta. La Revolución cubana, la muerte del Ché Guevara, y más tarde la experiencia de Allende, plantean con formidable elocuencia la militancia revolucionaria, y para todo el continente. De la afirmación nacional se pasa a la afirmación continental y tercermundista. Por otra parte el arte político se libera de los estrechos marcos del realismo socialista y se expresa en todos los estilos. Los carteles de la Revolución cubana se inspiran en el pop y en el op‑art; en Chile la protesta la recogen las corrientes informalistas, el muralismo callejero y el surrealismo desmitificador de Matta. La lección de los muralistas mexicanos recorre el continente. Se la ve en los murales de la Unidad Popular, está en los rostros y las manos indígenas del ecuatoriano Guayasamín, en los gestos musculosos y tremebundistas del argentino Carpani, en los campesinos del chileno Venturelli.

En el hecho la tendencia realista va a extraer su sentido americano de la lección de los muralistas mexicanos. Son ellos los primeros en valorar el componente indígena, dando un sentido telúrico al arte que busca sus raíces en la tierra y en la gente. De esta conciencia nacen movimientos filosóficos, como el andinismo en el Perú, estilos poéticos, como el de Neruda en Chile y un arte que contiúa profundizando en la geografía y en le indio como el de Guayasamín en el Ecuador.

En cuanto a las influencias europeas vamos a ver que en muchos lugares, en especial en la Argentina, el impresionismo y el postimpresionismo no tuvo tanta base científica  como en europa sino una mirada centrada en la pincelada y en la percepción. 
Las vanguardias  europeas llegaron al continente a partir de la oleada de artistas europeos que escapando de la guerra  buscaban destinos pintorescos y liberadores.  Una primer grupo (1914)  no quiere seguir experimentando y tratan de volver a lo clásico.Vamos a encontrar al Surrealismo y expresionismo en producciones de Wilfredo Lam, Roberto Matta, Frida Kalo o Diego Rivera. Otras influencias fueron André Breton quien se instala en México, Joaquín Torres García en Uruguay con el constructivismo y el expresionismo con Lasal Segall en Brasil.


Indianismo con el indigenismo. 

Son muy distintos. El primero simplemente toma como motivo al indio. El indigenismo, en cambio, es una reivindicación de éste. El indigenismo da una identidad de base para numerosos artistas, lo que les permite evolucionar apropiándose de las vanguardias sin perder la fisonomía americana. Así es el surrealismo mexicano de Tamayo, el andinismo colombiano de Obregón o el abstraccionismo quechua de Szyzslo. Por otra parte el muralismo asocia estrechamente la búsqueda de identidad al arte, desarrollando una conciencia de creación, que permite a los artistas asimilar nuevas tendencias, dándoles un sentido nacional o americano. Un ejemplo de esta actitud lo representa le grupo Nueva Figuración, formado en los años sesenta en Buenos Aires por Noé, De la Vega,Deira y Macció, que se proponía dar una nueva imagen argentina; sirviéndose del informalismo y del expresionismo abstracto. Estilos de vanguardia que se adaptan bien a la exploración de la realidad nacional. La misma tendencia se aprecia en otros artistas que en la misma época trabajaban en direcciones paralelas a ellos. En Berni que explora las villas miserias con Juanito Laguna, en Seguí que se ispira en el dibujo de humor, que en Buenos Aires se haba impuesto a través de la popularidad de revistas como Tía Vicenta, Rico Tipo y Cascabel.
Junto a las grandes tendencias, la imagen del arte latinoamericano actual está marcado por una serie de artistas que no pertenecen a niguna escuela.

Los más conocidos son Botero, el maestro Morales, Gamarra, y Frida Kahlo, que ha irrumpido estos últimos años en la ola del movimiento feminista, alcanzando los más altos precios en el mercado del arte. Tienen en común que son artistas que expresan una sensibilidad latinoamericana. El maestro Morales en Nicargua en una especie de realismo mágico, Gamarra en selvas exuberantes donde reescribe la historia del colonialismo; Botero en su revisión del arte y el mundo a través de sus figuras opulentas, y Frida Kahlo en su memoria mexicana.

Lectura Obligatoria
Mosquera G. Contra el arte latinoamericano



https://www.docsity.com/es/arte-contemporaneo-en-latinoamerica/3376451/

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